La vida es una serie interminable de retos.

En una conversación esta semana con un buen amigo, hablábamos de lo complicado que se vuelve encontrar trabajo a la edad de los 50.

He sufrido esta situación y veo a muchos colegas de profesión en la misma problemática de buscar trabajo.

Mi conclusión, por experiencia sufrida. Y de verdad les digo que he estado a punto de tomar decisiones no acertadas y he perdido todo. Sin dinero, sin poder sacar adelante a una familia, sin nada.

Siempre está la familia para ayudar. Agradece siempre.

Les comparto algunas ideas, reflexiones y me atrevo a dar consejos no solicitados, por si puede ayudar. Es basado en mi experiencia, cada uno de nosotros es un universo y puede que algunas cosas te sean de utilidad y otros no.

• Siempre hay alguien que quiere sacar partido: headhunters, colocadores que prometen conseguirte trabajo por dinero. No lo hagan. No hacen nada. No más te revisan el CV (cosa que tú puedes hacer mejor si te pones a ello), pero te das cuenta que todo lo haces tú y encima pagas un dinero que no tienes. Creeme, no les importas porque su negocio no es conseguirte trabajo.
• Sigues mandando CVs. Hasta que te das cuenta que no te contratan por la edad. No importa la competencia y experiencia que tengas. No funciona LinkedIn ni aplicar en páginas de empleo. Sólo funciona la red de contactos y referencias directas. Cultiva esto último.
• No sabes cómo monetizar tus pasiones, intereses o habilidades fuera de un trabajo. En otras palabras, no comprendes que ganar dinero es una acumulación de habilidades como cualquier otra que hayas aprendido. Esto es muy duro, por eso siempre recomiendo: aprende a vender. Yo estoy en ello.
• Intercambiar tiempo por dinero no es negocio y más cuando la tecnología eventualmente hará tareas más eficientemente.
• A los que tienen trabajo con esta edad: cuidenlo, agradece cada día. Porque tener cada quincena un dinero disponible en tu cuenta es una bendición.
• Aprendes un montón de cosas cuando se pasa la frustración inicial de no encontrar. Y ganas un montón de habilidades, que desafortunadamente ninguna empresa va a valorar, pero a ti te sirven y servirán, sin duda ninguna, para el resto de tus días.
  • Gestión de recursos limitados. Eres buscador de ofertas y excelente comprador. Habilidades financieras.
  • Gestión del tiempo. Porque no puedes quedar quieto. Y tienes que se eficiente en todo.
  • Aprendes y aprendes. A vender por ejemplo.
  • Carpinteria en mi caso: trabajando de carpintero, retomando la herencia de varias generaciones en mi familia. Habilidades manuales y artísticas..
  • Cocinar para vender y para la casa, nuevamente te haces un excelente optimizador. Y ganas un buena habilidad, y si además te encanta como a mi, pues mucho mejor.
  • Gestor de crisis. Porque hay que negociar situaciones de impagos y necesidades de tus hijos que no puedes cubrir en ese momento. Y mejoran por tanto tu capacidad de comunicación. En mas de 20 años de experiencia en grandes empresas y proyectos, con CEOs y Directores generales…, nunca viví situaciones complejas como las que he sufrido en los últimos años. Mirando en retrospectiva y cuando de verdad me procupaba en aquel momento, hoy se me hacen que no era para tanto, la verdad.
  • Emprendedor: carpintero, cocinero, en mi caso. Vendedor de cosas.
  • Marketing digital: para vender en linea. He abierto mis tiendas en Amazon y Mercado Libre. En el camino de mejorar mis beneficios. Y mis campañas y la forma de redactar los beneficios de productos y de sacar buenas fotos, etc…
  • Gestor de proyectos: con todo lo anterior. O mejor, gestor de programas :-). Soy director de mi propia Project Office.
  • Leer. Porque no puedes hundirte. Aprende de los mejores, y si no tienes acceso directamente, ahí tienes sus libros.
  • Innovador: porque sacas provecho de cosas que tienes en tu casa en la bodega y le das nueva vida y uso.
  • Minimalista: porque ya no necesitas muchas cosas. Te das cuenta.
  • Motivador, porque cuando estás hundido, igual sacas fuerza para animar a otros amigos, familiares, colegas.
  • Te van a ofrecer trabajo por tu inmensa y valiosa experiencia y contactos ciertas empresas que quieren tu conocimiento y tu red de contactos. Pero a comisión. Yo lo he hecho por mucho tiempo. No funciona: estás trabajando y lo único es que te ocupa la mente. Mejor ocupar el tiempo en las tareas que te dejen dinero. Eventualmente te van a valorar y te darán un fijo y un variable, eso tiene más sentido, agradece a esas empresas, son las que merecen la pena trabajar con ellas. Pero que existen esas otras empresas que se aprovechan, existen.
  • Aprendes de bienes raices: cuando en la falta de ingresos quieres vender tus propiedades. Y les digo que es una excelente escuela de ventas, marketing, relaciones y detector de personas que te hacen perder el tiempo nada más. Y de personas de alto valor también. En definitiva, aprendes a rodearte de buena gente y gente de valor. Apórtales tú también, claro.
  • Ganas un montón en resiliencia: capacidad de superar obstáculos, recuperarse de fracasos y mantener una actitud positiva en situaciones difíciles.
  • Adaptabilidad: el ser capaz de ajustarte y prosperar en entornos cambiantes. Es una habilidad invaluable en un mundo que evoluciona rápidamente.
  • Tu vida espiritual mejora. Sin palabras.
  • Aprendes a respetar tu tiempo y el de los demas. No esperes respuesta de las empresas ni de nadie. No lo tomes personal. Simplemente tienen otros intereses y prioridades. Enfócate tú en las tuyas.
  • Apunta tus ideas, proyectos e iniciativas. No te menosprecies. Nunca se sabe cuando algún inversionista puede creer en ellas. Y habla de ellas a cualquier oportunidad que encuentres.

Por tanto, si te preguntan en alguna entrevista cuál es el valor que tú puedes aportar a la empresa, una posible respuesta podría ser: “ponme cualquier reto que yo lo saco adelante. Eso sí, valora mi tiempo y mi conocimiento con un salario acorde. Ganar / Ganar”

Y si no llegan entrevistas, no te quedes quieto, emprende. Vende cosas, saca partido a tus habilidades. No te de verguenza hacer otras cosas.

Espero pueda dar un poco de ánimos estas palabras, aunque sé que es difícil cuando no sale nada y cuando el dinero no alcanza.

Yo sigo en la mejora contínua.

Visto y escuchado

De lo mejor que he visto últimamente. Mario Alonso Puig, cirujano, conferenciante y escritor responde a la pregunta ¿Cuál es la diferencia entre sentimiento y emoción?

Casos de uso

En este caso, recomendar este artículo: Estado de la conectividad en México.